Historia de la Hermandad del Consuelo de El Vendrell (Tarragona)

Por Manuel Zamora Negrillo

Cuando nos disponemos a leer la Historia de una Hermandad, estamos acostumbrados a retroceder años e incluso siglos, para recuperar a partir de un momento toda una secuencia de avatares que salpican la formación y desarrollo de la entidad en estudio de cierto halo mítico. Las hay incluso que entroncan en su origen leyenda y realidad sin saber donde comienza una y acaba la otra, también las hay plagadas de desdichas o por el contrario de hechos heroicos, pero ahora ustedes se preparan para leer algo distinto, apenas se habrán de remontar quince años y a partir de ese momento presenciar la gestación y desarrollo de una hermandad que me atrevería a calificar de modélico, tanto por las formas como por el resultado.

La Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús de las Penas y Nuestra Señora del Consuelo de El Vendrell, puede considerarse ejemplo a seguir en un proceso de formación. Dicho proceso viene marcado por la claridad que desde un principio se marcaron metas y métodos. La claridad en los objetivos a conseguir, reduce los pasos a dar y simplifica el trabajo.

Todo ello ha supuesto que la Hermandad de Jesús de las Penas y Nuestra Señora del Consuelo de El Vendrell, en tan sólo quince años, haya pasado de la nada, a ser una de las Hermandades más consolidas tanto en vida espiritual como en patrimonio de Cataluña, siendo este el principal motivo por el cual les invito a introducirse en esta reseña histórica donde espero no sólo aportar datos, sino transportarles a la realidad social en que se desarrolla.

Contexto Histórico

Si tomamos el año 1990 como fecha donde tienen lugar las primeras conversaciones para la fundación de esta hermandad y nos detenemos a contemplar cual es el panorama, no tan sólo cofrade, sino social del momento, podremos ver rápidamente que no se vive precisamente un caldo de cultivo excepcional como para crear una Hermandad de carácter andaluz en Cataluña.
Hasta aquel momento y desde 1955, se habían sucedido la creación de Hermandades inspiradas en las formas y costumbres andaluzas, aunque siempre se habían formado en Barcelona o las ciudades que conforman el cinturón industrial de la misma, donde por aquellas décadas se reiteraba la llegada de población proveniente de Andalucía. La experiencia de El Vendrell, era la primera en tierras tarraconense y fue única hasta que en 1996 se incorpora a la Semana Santa de Tarragona la Cofradía del Cristo del Buen Amor Y Nuestra Señora de la Amargura con San Juan Evangelista.

En aquellos años en la diócesis vecina de Barcelona, se respiraba cierto desconcierto en el tema cofrade, la mayoría de hermandades tenían los estatutos retenidos a la espera de su aprobación canónica. En Badalona, Mataró, Hospitalet, Castelldefels las procesiones salían a la calle sin reconocimiento canónico y la mayoría de ellas realizaban sus estaciones penitenciales saliendo de almacenes o locales semejantes. Esa situación no cambiaría hasta 1993 cuando el Arzobispado inicia un proceso de aprobación general de todas esas corporaciones, las cuales por esas fechas, en algunos casos ya contaban con más de una década de salida procesional, hecho que ha marcado el devenir posterior de algunas de aquellas hermandades.

De todo esto se desprendían básicamente dos cosas, la primera es que el contexto no era favorable y no había que esperar que nadie tendiera la mano para facilitar el camino al desarrollo de una manifestación pública de fe inspirada en costumbres foráneas y segunda, no avanzar en ningún sentido sin la autorización previa del arzobispado, pues la experiencia de las hermandades barcelonesas, indicaba que mientras se demoraba el reconocimiento eclesiástico , las hermandades buscaban desarrollarse por la vía civil, lo cual las impregnaba de una serie de comportamiento impropios de una entidad canónica.

Fundación y evolución histórica

Es a finales del año 1.990 cuando se celebran las primeras reuniones en las que se valora la posibilidad de formar una hermandad penitencial en El Vendrell. En una de ellas se determina seguir adelante con el proyecto siempre contando con el beneplácito de la parroquia de El Salvador.

La idea era simplemente eso, crear una hermandad penitencial, nadie había valorado ni los titulares a elegir ni el día de salida, ni el resto de detalles, todo ello serian puntos prioritarios a tratar en las reuniones siguientes a inicios del 1.991.

En cuanto a los titulares, una vez formado el grupo inicial que sirvió de sustento a la formación y viendo que en el mismo había un gran número de emigrantes de Utrera, hubo unanimidad en que la imagen mariana titular sería la Virgen del Consuelo, en recuerdo a Nuestra Señora de la Consolación de Utrera. En cuanto a la imagen de Cristo se dudó en un principio entre una imagen de Jesús Cautivo o una correspondiente a un Nazareno, finalmente se desestimó la segunda, pues ya existía una imagen que reflejaba la iconografía del Nazareno en la procesión del Viernes Santo de El Vendrell. El nombre de la advocación se valoró pensando en adquirir en el futuro un paso de misterio al cual se le bautizaría con Jesús de las Penas, unas penas que vendrían a ser consoladas por María.

Cuando se hubo seleccionado los titulares se redactaron los estatutos, para ellos se tomó como modelo los de la Hermandad de el Calvario de Sevilla, ni que decir tiene la impresión que causo la presentación de aquellas reglas en el Arzobispado de Tarragona, acostumbrado a un tipo de estatuto mucho más breve en el cual sólo se recoge aquello que es básico para describir la naturaleza de la Hermandad y ordenar su funcionamiento.

Se acercaba el verano del año de 1991 y para esa fecha la Hermandad se había fijado comenzar los contactos y tramites pertinentes para adquirir los titulares y aquellos enseres que se creen más necesarios para poder afrontar una salida penitencial. El verano cada vez estaba más próximo y no llegaba la aprobación estatutaria, cosa que preocupaba de sobremanera a la junta que no quería acometer ninguna adquisición sin la previa aprobación. Finalmente el 8 de julio de 1991 se recibe la grata noticia de que el Arzobispado de Tarragona daba su aprobación a las reglas y a la primera junta de gobierno de la Hermandad que encabezaba como Hermano Mayor Don José López Lozano.

Una vez tenida la aprobación canónica se decide que el Hermano Mayor junto con el Teniente de Hermano Mayor Don Juan Garrido Rodríguez y el consiliario Don Antonio Esquibel Ruiz, viajen a Andalucía para adquirir imágenes y enseres necesarios para poder realizar la primera estación de penitencia. Para el primer año sólo se tenía pensado comprar lo necesario para el Paso de Palio, dejando la adquisición de la imagen de Señor de Las Penas, para años posteriores.

Dado que las tres personas a las que se les delega para la adquisición de imágenes y enseres, en aquello momentos estaban fuera del mundo relacionado con al mercado cofrade, se decide, como no, buscar amparo en aquellos conocidos que en esos momentos tenían relación con el mundo artístico relacionado con la Semana santa, de esta manera marchan a Utrera, allí se les une Don Joaquín Garrido Morales, el cual totalmente entregado a la idea, se convierte en el cuarto hombre además del chofer oficial de la expedición, así lo primero que hacen es contactar con Don Juan Palacios, miembro de la Hermandad de la Quinta Angustia, éste los envía a visitar a la Hermandad de la Sed de Sevilla que tenía la misma advocación mariana, El Hermano Mayor de esta corporación sevillana, además de atenderles y darles algunas orientaciones, les regaló un esparto de nazareno y los dirigió al taller de Dubé de Luque que en 1969 había realizado la imagen de la Virgen de la Consolación para la Hermandad Hispalense. En aquellos momentos Dubé de Luque era un artista consagrado y a pesar de que los tres miembros comisionados por la hermandad, quedaron prendados de su trabajo, decidieron seguir buscando otros artistas que fueran más asequibles a sus posibilidades. De ese modo llegaron a la casa de los artistas y allí entran en el taller de Juan Ventura, que en aquellos momentos estaba realizando una talla de una borriquita. Los representantes de la Hermandad comentaron al escultor su intención de adquirir una imagen de una dolorosa bajo la advocación de Nuestra Señora del Consuelo y la idea posterior de ampliar la hermandad, años más tarde, con una imagen de Jesús Cautivo, bajo la advocación de las Penas. Aquella conversación logró unir las ilusiones de artista y hermandad y no sólo se llego a un acuerdo para la realización de la imagen de la Virgen, sino que el escultor se comprometió a entregar también para la primera salida, la imagen de Jesús de las Penas, todo ello bajo un precio asequible a la hermandad (1.200.000 ptas. las dos imágenes).

Al salir del taller de Juan Ventura se encaminaron al de Manolo de los Ríos para adquirir todo los artículos de orfebrería, encargándose en dicho taller, la corona de Virgen, las potencias del Cristo, las varas y la Cruz de Guía. Ante la imposibilidad de encargar un paso nuevo, se le pregunta a Manuel de los Ríos sobre la existencia de adquirir uno de segunda mano, informándoles el orfebre sevillano de la existencia de un paso en venta en las Cabezas de San Juan (Sevilla), que pertenecía a la Virgen de los Dolores de la Hermandad de la Vera Cruz. Así que desde el mismo taller del orfebre se contacta con la hermandad de las Cabezas de San Juan y se queda para visitarla esa misma tarde. Antes por la mañana se visitó al bordador Jesús Paleteiro, al cual se le encarga, saya, estandarte, manto de camarín y manto y túnicas de salida.

Finalmente a la tarde se cerró el trato con la Hermandad de las Cabezas de San Juan para la adquisición del paso de palio, el cual antes de viajar a El Vendrell, fue restaurado por el propio Manuel de los Ríos que lo adecentó y arregló los respiraderos además de adaptarlos incorporándole el escudo propio de la Hermandad. Además de los respiraderos se adquieren a la Hermandad de las Cabezas de San Juan, la mesa, el palio, el pollero y las caídas, todo ello por un millón pesetas. Finalmente se concreta con Manuel de los Ríos, que una vez esté todo lo encargado, escultor, bordador y orfebre, sea él quien haga el envío conjunto de todo a El Vendrell.

Antes de iniciar camino de regreso los tres emisarios entablan conversaciones con hermandades de Utrera a las cuales cuentan su sueño, de ese modo consigue que entre otras cosas la Hermandad de El Cautivo prestó la candelería y un juego de jarras. Pero tal vez lo más importante de dichas conversaciones, fue crear entre las gentes de Utrera, la conciencia de que a mil kilómetros de distancia se estaba gestando algo muy suyo, de lo cual y aún de manera inconsciente eran protagonista. Con el tiempo eso se vería reflejado en reconocimientos públicos, hermanamientos y sobretodo en el devenir de ilustres pregoneros.

Para hacer frente a aquellas compras que superaban los cuatro millones de pesetas, la hermandad tuvo que solicitar un préstamo bancario el cual tuvo que ser avalado por miembros de la junta.

Avanzando los días quedaba algo tan importante por resolver como era el día de salida. En un principio el Consejo Parroquial, no estaba lo que se dice especialmente animado con el proyecto, así que todos los días resultaban poco idóneos. La Hermandad propuso en un principio el Viernes Santo, pero este día fue rápidamente desestimado por el Consejo Parroquial pues ya se celebraba la procesión del Silencio el Viernes santo por la tarde y no se veía conveniente otra celebración el mismo día. Después se propuso el Jueves Santo, también fue desestimado pues al ser día laborable, se tendría que celebrar la procesión muy tarde y eso podía interferir en el desarrollo de la vida parroquial. Así que como último recurso se logró poner la procesión en la tarde del Domingo de Ramos, decisión que a la postre fue celebrada por todos los miembros de la hermandad, pues de este modo se conseguía que la nueva hermandad realizara estación de penitencia en El Vendrell, a la vez que sus miembros gozaban de total libertad para acabada la misma desplazarse a sus lugares de origen si así lo deseaban y realizar también en ellos estación de penitencia.

Tal como se acercaba la Cuaresma la ilusión crecía pero también la incertidumbre. Era todo un reto, la hermandad se iba conformando poco a poco, se iban inscribiendo nuevos hermanos que tenían tanta ilusión como pocos conocimientos del mundo cofrade, en la mayoría de los casos prácticamente nulo. Pero si nulo era el conocimiento de los integrantes de la Hermandad, mayor lo era de los llamados a estar de espectadores o de algunos grupos parroquiales y del propio párroco el cual desconocedor de las dimensiones de los pasos sugería montar el paso de palio bajo una balconada de algo más de dos metros de altura.

La ignorancia quedaba sobretodo reflejada en el cuerpo de costaleros de la Virgen, formado por veinticuatro personas, de las cuales sólo dos habían estado con anterioridad debajo de un paso y de las veintidós restantes apenas seis habían visto un paso en la calle. Aquel grupo era muy variado en origen, pues a pesar de que una gran mayoría eran andaluces, también los habían catalanes, manchegos, aragoneses o gallegos. La experiencia demostró que con corazón toda adversidad se vence y gente que sin saber nada sobre el mundo del costal, se metía guiadas por la fe a portar a Nuestra Señora. Una vez en la trabajadera no había orígenes, solo personas dispuestas a ofrecer su esfuerzo a María y ese empeño común los igualaba. Entre las gratas sorpresas, surgió un chico que sin haber tenido anteriormente relación ni siquiera visual con una cuadrilla de costaleros, mostraba unas cualidades innatas y acabó y sigue siendo patero ejemplar. Preguntado aquella persona por su origen, resultó que provenía de Galicia y dedicado a él se ha oído muchas veces el grito de arenga, no ajeno de guasa que dice “Vivan los gallegos buenos de Triana” y es que el mundo del costal, el mundo de las hermandades es una llave extraordinaria para unir pueblos.

Siguiendo con las anécdotas de los costaleros que se preparaban para salir el primer año, hemos de decir que para aquella, la imagen de Jesús de las Penas procesionó en unas simples andas, confeccionadas por miembros de la Hermandad. Esas andas sirvieron para que hicieran sus ensayos tanto los costaleros de Cristo como los del paso de palio. Los del palio esperaban impacientes la llegada del mismo para ver si eran capaces de poderlo portar. Llevados por esa impaciencia no paraban de hacer preguntas que formuladas desde el desconocimiento que poseían de la materia les hacía utilizar un vocabulario que acuñó expresiones y hechos que siempre estarán presentes en la historia de la Hermandad. Entre ellos destacar que se colocaban la “morcilla” al revés o simplemente que la rebautizaron con un nombre más local como la botifarra, aunque una de las más recordadas, fue la de un costalero que para preguntar detalles sobre el palio se refirió a él como “el tejaillo”.

Anécdotas aparte, llegó la tarde de aquel Domingo de Ramos día 12 de abril de 1992 y venciendo todos los impedimentos, de forma casi milagrosa la procesión no sólo salió a la calle sino que lo hizo de forma esplendorosa. Los componentes de la Hermandad eran conscientes que se le iba a juzgar de forma severa en un ambiente poco favorable. Se había de hacer hincapié en el comportamiento de todos, ya fueran, penitentes, músicos, costaleros o mantillas. Conceptos como orden, respeto, seriedad, dignidad, se repetían incesante y machaconamente desde la junta directiva de la Hermandad. Tanto insistir dio su fruto y así los 36 costaleros que sacaron a los titulares más el centenar de penitentes, se esmeraron en hace una estación de penitencia ejemplar, que desde ese año hasta nuestros días se repite cada Domingo de Ramos por las calles de El Vendrell.

La Hermandad quedó satisfecha y los habitantes de El Vendrell también. Es cierto que al principio algunas ventanas permanecían entreabiertas y se limitaban a ver el paso de las imágenes, casi sin ser vistos, pero ese pudor fue vencido por el ambiente que se respiraba, tal fue la sensación que les dejó a todos aquella procesión que al acabar la misma, el Consejo Parroquial les pidió que volvieran a salir en la procesión del Silencio del Viernes Santo. Es decir, se pasó de no encontrar un día para que procesionaran a pedirle que lo hicieran dos veces.

Llevados por el éxito de la procesión y también por la agradable acogida dada por la ciudad de El Vendrell, decidieron que habían de ir más allá, llegar a campos como el cultural, para ello se plantean realizar previo a la Semana Santa de 1993 la realización de un pregón de hermandad, para el cual se pedirá la colaboración de diferentes personalidades distinguidas por su arte a la hora de pregonar. Para aquella primera edición se busco a Don Miguel Falcón Matos, simultaneándose desde aquella fecha pregoneros que con anterioridad ya habían ejercido dicho honor bien en Sevilla, en Utrera u otra ciudad andaluza, algunos de la calidad de Don Miguel Solís Carvajal.

Una singularidad más de esta hermandad ha sido siempre el tema de las bandas, desde su fundación siempre ha cuidado mucho el tema del acompañamiento musical, igual que el resto de los detalles procesionales, pues la hermandad es sabedora que en el esmero de esos pequeños detalles se encuentra el éxito. En el plano estrictamente musical decir que desde 1992 año de la primera salida hasta nuestro días, han sido muchas las bandas que venidas unas desde Andalucía y otras del Levante español, han inundado con sus sones las calles de El Vendrell. Algunas de ellas repitieron en diferentes ocasiones y dejadas llevar por el marco extraordinario que ofrece la procesión al discurrir por las medievales calles de la ciudad, se inspiraron y compusieron marchas dedicadas a los titulares. Es fue el caso de la Agrupación Musical Cristo de la Buena Muerte de Linares, que compuso la marcha “Cautivo de tus Penas” al titular de la Hermandad. O lo mismo con la banda de música de Dalia (Almería) que compuso una bella marcha en honor de Nuestra Señora del Consuelo.

La relación con la Semana Santa de Utrera ha sido otra constante de la Hermandad, prueba de ello lo tenemos en el Hermanamiento que existe con la Hermandad de la Quinta Angustia, fruto del cual una cuadrilla de costaleros se desplazó en agosto del 2000, para que saliera de forma extraordinaria Nuestra Señora del Consuelo, actos que fueron completados con la realización de un pequeño pregón. También como no, relación estrecha con la Patrona, la Virgen de la Consolación a la cual la Hermandad entregó la insignia de oro y brillantes, máxima distinción que la Hermandad puede conceder. Todo ello queda reflejado por el propio Consejo de Hermandades de la ciudad de Utrera que dio el título de miembro honorario de dicho Consejo, lo cual entre otras cosas permite que salga una representación de la Hermandad en la procesión del Santo Entierro de Utrera.

Por último y ya de fechas más recientes, decir que en la Semana Santa del 2005, Jesús de las Penas estrenó un nuevo paso, proveniente de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús atado a la Columna de Utrera (Los olivareros) que a su ves lo habían adquirido a la Hermandad de Medinaceli de Cádiz en 1960. En él se combina la madera en su color, con apliques de yesería doradas y escenas de la Pasión repujadas en cobres (inserto en ocho medallones) . Alumbran la imagen cuatro faroles de sección cuadrangular, sostenidos por columnitas salomónicas.

Durante estos años la Hermandad ha ido evolucionando, siempre desde el trabajo y con metas muy claras. Se han renovado enseres, algunos de ellos confeccionados por los propios miembros de la hermandad como por ejemplo el palio, se están construyendo, lo que supone su mayor reto, la Casa de Hermandad, han ido agrandando su masa de Hermanos hasta cerca de los setecientos y sobretodo siguen empeñados en que se mantenga el carácter que presidió la primera salida penitencial.

Su labor es reconocida, no sólo en Tarragona sino en todo el ambiente cofrade catalán, así por ejemplo fueron invitados a participar como ponentes en las IV Jornadas Cofrades de la Archidiócesis de Barcelona, celebradas en Castelldefels en el 2004, donde explicaron su proceso de formación y dirigieron una mesa redonda sobre costaleros. También su labor es admirada por el propio consistorio de El Vendrell, que no sólo coopera sino que participa en casi todos los actos de la Hermandad, a la cual invita con orgullo a exponer en la feria local de entidades, ENTIMOSTRA, don de la hermandad monta su Stand. No cabe duda que El Vendrell hace totalmente suya la procesión del Domingo de Ramos, pues si bien se realiza siguiendo patrones de la semana Santa andaluza, se ha integrado en el tejido de actividades tanto religiosas como culturales de esta población tarraconense. Hoy resulta común ver entre la cuadrilla de costaleros personas apedilladas, Bofarull, Ros etc. No hay Semana Santa autóctona y semana santa de emigrantes, sólo hay Semana Santa de El Vendrell, la cual bebe y se enriquece de las dos.

Esta es la historia de la Hermandad de Jesús de las Penas y Nuestra Señora de El Consuelo de El Vendrell, breve historia, no podía ser de otra manera, lo que corresponde a una hermandad joven de apenas quince años de vida. Juventud que por otro lado ha sido culpable de la intensidad con la que se ha vivido ese periodo. Hoy felizmente, tres lustros después de que empezara a gestarse aquel bello sueño, podemos decir que se ha hecho realidad, Se han logrado casi todas las metas previstas en un primer momento, se consiguió no sólo sacar la procesión a la calle, sino hacerlo con la mayor dignidad posible. Pero sobretodo creo se consiguió el más difícil todavía, integrar la hermandad en la vida cultural de la ciudad.

Actualmente, cada Domingo de Ramos, se acercan a el Vendrell, cofrades venidos de toda Cataluña, todos ellos esperando contemplar el buen hacer y mejor orden de la Hermandad vendrelenca. Muchos irán atraídos por la calidad de la Bandas, otros tal vez por nostalgias de difícil explicación. Al fin y al cabo, sólo Jesús de las Penas, sabe el Consuelo que en él busca cada uno.

Te llaman la del consuelo
Porque consuelas las penas
Eres pastora divina
Madre del pueblo de Utrera


Bibliografía:

Archivo Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de las Penas y Nuestra Señora de Consuelo de El Vendrell (Tarragona).

Archivo de boletines de las Hermandades de Utrera.

Archivo del Consejo General de Hermandades y Cofradías de Barcelona